Al espíritu de luz de Eshu Pombogira Reina, siempre.
Canto al amor apenas conocido
y en la magnífica inquietud ausente,
busco la sombra gris de tu vestido
para sentirme acaso adolescente.
Canto al amor carnal, amor profano
con tu risa embriagante, lisonjera,
canto al amor espiritual y humano
de tus siete caminos de hechicera.
Lloro por la ilusión no presentida,
por no tener tu carne y poseerte…
y aunque parezca vana, esa es mi herida,
amarte desde siempre y no tenerte.
Donde reposa, tibio entre sus alas
el pájaro fugaz de mi inocencia,
donde oculta sus plumas y no exhala
el vaho misterioso de su esencia,
donde me embriago con la hiel del alma
y maldigo la cruz que gané en suerte,
¡bendito por la luz de la mañana
canto al amor que vuelve de la muerte!
Autor: José Antonio Roma. Donde mora el amor, El Editor Interamericano, La Plata, 1997.
2 comentarios:
excelente lo expuesto sobre exu.
mis respetos.
Exelente!!!! gracias por compartir su doctrina. Axe
Publicar un comentario